La primera necesidad es la oferta de plazas de Centro de día para personas con discapacidad que necesitan ser atendidos por profesionales ya que las familias creen que es el mejor recurso para sus familiares, además de que así la familia podría tener unas cuantas horas de respiro para atender otras necesidades de la casa.
La segunda prioridad es la de nombrar a un familiar o conocido de confianza como asistente personal del dependiente ya que la familia y el interesado/a prefieren este servicio antes que el ingreso en una residencia. Tardan las valoraciones en llegar, se alargan los trámites durante meses, se multiplican los papeles y todo porque existe un interés interesado en llenar primero las plazas de residencia de la tercera edad, que son carísimas, aún vacías ya que se construyeron más plazas de las que hacían falta como negocio privado antes que como respuesta a las verdaderas necesidades de las personas.
La tercera reivindicación de las familias es que se reconozca como compatibles la asistencia a una plaza de centro de día con la ayuda a domicilio o con la asistencia personal durante el resto de horas que no está en el centro como apoyo a las actividades reconocidas en el plan individual de la persona dependiente. De lo contrario les obligamos a la marginación de la vida social y ciudadana y a retirarse tan pronto como las gallinas.
Y la cuarta exigencia es que se cumpla la retroactividad del derecho que tiene la persona a la atención desde la fecha de su solicitud, porque no tiene ninguna culpa que la Consellería sea tan lenta y por lo tanto que le reconozca una ayuda económica porque no creo que nadie dude que ha sido la familia la que ha cuidado durante todas las horas y todos los días de una persona con parálisis cerebral, por ejemplo.
Xavier Cantera
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